En el papel de consultor de distribución hotelera, distinguimos dos fases distintas: la fase de despegue y la fase de apoyo continuo.
Durante la fase inicial, cuando se acaba de incorporar, es posible que aún no tenga una base de clientes importante. Por lo tanto, su principal objetivo es buscar proactivamente clientes potenciales que puedan beneficiarse de su experiencia. Facilitamos este proceso analizando automáticamente los hoteles y enviando correos electrónicos altamente personalizados en los que se detallan oportunidades específicas para aumentar los ingresos y los beneficios.
Una vez recibida esta información, su tarea consiste en ponerse en contacto proactivo con los hoteles por teléfono y explicarles las ventajas de las oportunidades identificadas y descritas en el correo electrónico.
Basándonos en nuestra experiencia, hemos comprobado que los hoteles suelen apreciar recibir consejos y opiniones gratuitas. Al comunicar eficazmente las ventajas potenciales, se tiene la oportunidad de generar confianza y relación con los responsables de la toma de decisiones del hotel.
En el mejor de los casos, los hoteles pueden manifestar su interés por colaborar directamente con usted, lo que puede dar lugar a futuras asociaciones. Sin embargo, incluso si un hotel decide seguir trabajando con su proveedor de servicios actual, sus esfuerzos por ofrecer un asesoramiento valioso seguirán siendo apreciados. Los hoteles nunca se sentirán presionados o engañados, ya que su enfoque se centra en ofrecer asistencia y conocimientos genuinos.
En última instancia, tu objetivo es establecer relaciones positivas con los hoteles, tanto si conducen a una colaboración inmediata como si sientan las bases para futuras oportunidades.
Los consultores que se encuentran en esta fase dedican importantes esfuerzos a construir su cartera de clientes, sentando las bases para futuras colaboraciones.
Una vez que los consultores han conseguido un número suficiente de clientes, pasan a la fase de apoyo continuo. En esta fase, la atención se desplaza de la adquisición de clientes a la prestación de apoyo y orientación a los clientes existentes.
Los consultores trabajan estrechamente con sus clientes para comprender sus necesidades, retos y objetivos específicos, ofreciéndoles asesoramiento personalizado y estrategias para optimizar sus canales de distribución y maximizar sus ingresos. Esta fase se caracteriza por la comunicación continua, la creación de relaciones y el compromiso de ofrecer servicios de valor añadido que fomenten la satisfacción del cliente a largo plazo.
En general, el papel de un Consultor de Distribución Hotelera es un proceso dinámico que evoluciona con el tiempo, desde la fase inicial de captación de clientes hasta la fase de apoyo y asesoramiento continuos centrada en alimentar y fortalecer las relaciones con los clientes.
